HISTORIA

LA NUEVA ETAPA DE FUPNAPIB

Cuando el gobierno del poder ciudadano se encontraba en su tercer año y se polarizaban más las posiciones entre la empresa privada y el gobernante Manuel Zelaya Rosales, en ese momento se dio un verdadero sisma en la FUPNAPIB que tuvo como resultado un cambio radical de la Junta Directa y consecuentemente un cambio de enfoque en la conducción de la organización ambientalista.

Para el 2007 bastante gente en la FUPNAPIB ha venido tomando conciencia de que su trabajo no solamente consiste en la vigilancia del PNPB sino que deberán defenderse de algunas políticas y actuaciones del Estado mismo, que también deben defender el parque y sus comunidades de los intereses manifiestos de empresarios y de funcionarios del estado que se coluden con ellos. En este sentido un grupo de empleados venía considerando que la Junta Directiva de la FUPNAPIB estaba, desde hace días, desviando los intereses fundamentales de la fundación, en su lugar se hacían acciones para apoyar los negocios turísticos, maderables e hidroeléctricos que favorecían a algunos directivos, sus familiares y/o amigos empresarios.

En noviembre de 2008 se dan tres hechos interesantes, el primero de ellos es que el gobierno de la república genera incentivos para que existan emprendimientos hidroeléctricos que incrementen la generación de energía eléctrica vía recursos renovables y que así se logre disminuir la generación térmica. El segundo hecho es que la Dirección Ejecutiva de la FUPNAPIB ha recibido comunicación de parte de la Secretaria de Recursos Naturales y Ambiente (SERNA) en donde aparece un listado de 16 solicitudes de proyectos hidroeléctricos que se pretenden instalar en el área del PNPB, finalmente el tercer hecho es que la Junta Directiva de la FUPNAPIB del periodo 2007-2008, en la cual aparentemente existen miembros que apoyan la instalación de hidroeléctricas en el PNPB, ya cesó en sus funciones.

Mientras esto sucedía, el presidente de la Junta Directiva convoca, el 8 de noviembre de 2008, a una asamblea extraordinaria, en ella participan misma un grupo de técnicos de la fundación, aunque en ese momento lo hacen como asambleístas como todos los demás, hasta cierto punto estaban frustrados por lo que sucedía en la organización, asumen rápidamente un rol activo por primera vez e intervienen para que su vos y voto fuera tomado en cuenta como parte del ejercicio legítimo del derecho de ser miembros de la fundación. La asamblea elige una Junta Provisional y esta junta convoca a una asamblea ordinaria el 13 de diciembre del mismo año y se establece una nueva Junta Directiva en propiedad.

Consolidación del nuevo equipo de trabajo Las reacciones de la Junta Directiva depuesta, más los actos de corrupción de antiguos empleados de la fundación, sometieron a la nueva Junta Directiva a una presión sin precedentes. Demandas por prestaciones laborales, embargo del edificio y los automóviles de trabajo, finalización de los contratos de apoyo económico y técnico de todas las fuentes externas que apoyaban a la FUPNAPIB, presiones ante la institucionalidad del Estado para dejar sin efecto la nueva Junta Directiva o para que les fuese negada la renovación del manejo del PNPB, fueron entre otras las presiones que este novel grupo de trabajo tuvo que enfrentar durante el periodo 2008-2013. No obstante lo anterior el nuevo equipo de dirección de la FUPNAPIB contaba en su haber con algunas fortalezas que en esta crisis contribuyó a acrecentar, uno de esos elementos era su vínculo con las comunidades y sus liderazgos, vale recordar que las y los técnicos de la fundación pasaban muchas horas en franca comunicación cotidiana, en talleres de capacitación, en jornadas de delimitación del parque, en búsqueda de soluciones para el mejor aprovechamiento del agua para consumo humano y de irrigación, y otros usos. Todas estas acciones convirtieron a los nuevos directivos de la FUPNAPIB en gente de suma confianza para las Juntas de Agua, Patronatos y diferentes tipos de comités que eran representativos de las poblaciones que forman parte del PNPB.

El proceso de reenfoque hacia una organización ambientalista que defiende los territorios del PNPB desde una plataforma de Derechos Humanos no hubiese sido posible sino se dan al menos tres condiciones, la primera de ella es la capacidad de resistencia más allá de las necesidades materiales con que ha contado el nuevo equipo de trabajo, durante al menos 3 años, 2008-2010, el personal de FUPNAPIB no gozó de salarios, luego comenzó con salarios muy incipientes y aun hasta este día los mismos son bastante bajos. La segunda condición fue la capacitación en materia de derechos humanos que se recibió de distintas fuentes, esto contribuyó con la argumentación que empoderó definitivamente a los pueblos. La tercera y más importante condición fue el apoyo de las comunidades sensibilizadas que han estado dispuestas al sacrificio, más allá de la legalidad muchas veces adversa.

El proceso de cambio de FUPNAPIB, a partir de 2008, logro aplanar la toma de decisiones de la organización. Las decisiones han llegado a un nivel de participación comunitaria tan efectiva que se puede afirmar que cada acto del equipo de trabajo es suficientemente legítimo para ser desarrollado en cada una de las comunidades.